1.9.08

Camille Claudel: Talento, amor, locura y arte

De exquisito e inquietante talento, la escultora francesa Camille Claudel (1864-1943) esperó 40 años bajo tierra a que Anne Delbée le diera la fama novelando su vida, que es de tal dramatismo, injusticia y tormento que ha eclipsado su aportación al arte. Comtemporánea de Toulouse-Lautrec, Munch y Kandinsky, su obra es inseparable de la del gigante Auguste Rodin.No sólo porque fuera su maestro y amante, sino porque le inspira su mejor pieza, L'âge mûr.



Camille de ojos azules de su Champagne natal se traslada a París en 1883, donde ingresa en la academia Colarussi, uno de los pocos centros que acepta a mujeres. Tiene su primer encuentro con Rodin en 1883 y un año después empieza a trabajar en su taller. Él tenía 43 años y ella 19. Pasan 15 años juntos. Camille posa para el genio de la barba roja y colabora en la realización de Las Puertas del Infierno y Los burgueses de Calais.



Muy influenciada por el escultor, logra una voz propia. Camille, modelo y su musa de obras como la Danaïde o Fugit Amor, mantiene durante varios años con Rodin una relación complicada, conflictiva y con continuas interrupciones y crisis que enriquece la obra de ambos. Así, sus grandes trabajos parecen dialogar: El eterno ídolo, de Rodin con Sakountala, de Claudel, o El beso, del escultor frente a El abandono, de Camille. Ya que, a diferencia de otras grandes parejas del arte (Gala y Dalí, Modigliani y Jeanne Hébuterne), ambos son creadores.



Además de la competencia y los celos profesionales, el mayor problema es que Rodin está unido a la costurera Rose Beuret, a quien no tiene intención de abandonar por Camille, ni siquiera cuando ésta se quedó embarazada de un hijo que nunca llegó a nacer. Este triángulo inspira de una de las obras más importantes de Camille, L'Age Mur (La edad madura), en la que la propia artista, desnuda, arrodillada y suplicante, dirige sus manos hacia un Rodin también desnudo, quien le da la espalda mientras una mujer vieja, medio ángel medio bruja (Beuret) se lo lleva. Algunas interpretaciones convierten a Beuret en la misma muerte. En 1898 rompen definitivamente y entra en la vida de la artista el compositor Claude Debussy, pero también él está unido a otra mujer. Mientras, sus obras alcanzan cierto éxito y aparecen con frecuencia artículos sobre ella en las revistas de arte. En esta época de crisis emocional, Camille se encierra en su taller y se aleja del mundo. En diciembre de 1905, Camille realiza su última gran exposición.


30 años en un manicomio
A partir de ahí, sufre crisis nerviosas y depresiones que se agudizarán cada vez más y comenzará a destruir sus obras. Sufre la enfermedad sola y sin recursos, ya que su madre y su hermana desaprueban su forma de vida y su hermano Paúl está lejos. El 3 de marzo de 1913 muere su padre y una semana después la internan en el sanatorio de Ville-Evrard y en julio en Montdevergues, manicomio del cual, a pesar de su recuperación y sus lúcidos y desgarrados ruegos a su hermano, nunca jamás saldrá. A su ingreso se le diagnosticó "una sistemática manía persecutoria", acompañada de "delirios de grandeza", por los que se creía víctima de "los ataques criminales de un famoso escultor". Encerrada pasa los últimos 30 años de su vida, que el cine -Camille Claudel de Bruno Nuytten- y la literatura -Cuando nosotros los muertos despertamos, de Ibsen- han convertido en una auténtica leyenda, en la imagen de una mujer víctima de un maestro despótico, de una familia ingrata y de una sociedad cerrada y misógina.

No hay comentarios: